La Asociación Bubastis lleva poco más de dos años realizando, a través de sus voluntarios, una labor de control y asistencia de los gatos callejeros con la finalidad de demostrar que el envenenamiento, apaleamiento o maltrato de estos animales queda fuera de lugar en una sociedad supuestamente cívica y educada.
En este tiempo más de 200 gatos de la calle han encontrado un hogar en el que vivir gracias a la solidaridad de los ciudadanos que los han adoptado. Y estas adopciones han quedado registradas con los datos correspondientes del adoptante (DNI) y las llamadas de seguimiento que se realizan hasta constatar que la adaptación del gato al nuevo hogar es la adecuada.
De todos es conocido el hecho de que son muchas las personas que han decidido tener como mascota una serpiente. Las más habituales en los hogares que optan por este animal como compañía son las llamadas serpiente del maíz o la pitón bola.
También es sabido que este tipo de animales, además de necesitar unas condiciones muy específicas para su hábitat, tienen que ser alimentadas con animales vivos para mantener la capacidad constrictora con la que las serpientes matan a sus presas.
Desde estas líneas, la Asociación Bubastis no se cuestiona la idoneidad o no de tener una serpiente como mascota, de la misma manera que no entra en cuestiones éticas en torno a la necesidad o no de proporcionar animales vivos a mascotas que se alimenten de ellos.
Lo que desde estas líneas queremos criticar profundamente y denunciar es el hecho de que alguna de estas personas se esté amparando en la adopción de animales domésticos para alimentar a estas serpientes.
Sabiendo que esta práctica delictiva existe, sugerimos a las personas que ofrezcan sus mascotas en adopción (sobre todo cachorros de perros y gatos) que soliciten el DNI de la persona adoptante y establezcan con ella algún tipo de seguimiento que les permita constatar la honestidad de dicha adopción.
Esta forma fraudulenta de adopción también es llevada a cabo por propietarios de perros agresivos utilizados ilegalmente para competir en peleas y a los que, para incentivar su agresividad, se les arroja vivos perros o gatos de pequeño tamaño que acabarán siendo destrozados por el perro agresor.
Por todo ello recomendamos prudencia y un mínimo de seguridad a la hora de ofrecer nuestras mascotas en adopción para así minimizar al riesgo de un final cruel para ellas.
Asociación BUBASTIS elkartea
lunes, 22 de marzo de 2010
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